CHECHENIA UN CONFLICTO UNA GUERRA
Consecuencias
El reconocimiento de la independencia de Chechenia provocaría la desestabilización de la Federación Rusa, ya que otros territorios podrían seguir los caminos de Chechenia, empleando los mismos métodos violentos para conseguir su separación .De continuar debilitándose, Rusia podría representar para los inicios del siglo XXI lo que fue Turquía a finales del siglo XIX una potencia en decadencia cuyos territorios son ambicionados por sus rivales. La desintegración de Rusia y su extinción como potencia e incluso su debilitamiento seria nefasta en particular para los países que sufren la hostilidad norteamericana. Rusia todavía constituye uno delos mas importantes baluartes atravesados en el camino de la hegemonía estadounidense. Sin Rusia el mundo esta mas expuesto a la voluntad de Washington. Por eso es importante su conservación como potencia.
•Consecuencias políticas: En lo que a la política se refiere, las principales consecuencias del conflicto ruso-checheno fueron la inestabilidad surgida en esta región por la posibilidad existente de independencia y aún así no haberla logrado hasta el momento. Así mismo, con la colaboración indispensable de Putin, Rusia ha provocado que no se pueda confiar en la clase política de esta región por estar totalmente corrompida.
•Consecuencias económicas: Toda la devastación originada por la propia guerra y la falta de ayuda internacional, por pertenecer directamente a Rusia esa obligación, han provocado que la situación económica sea devastadora en la zona y aún hoy sigan sin ser reconstruidos algunos lugares. En lo que al petróleo se refiere, tras la disolución repentina de la URSS en 1991, Rusia no podía permitir que 2 regiones tan ricas en esta fuente de energía como Chechenia y Tartaristán se negaran a firmar el Tratado de la Federación Rusa para asegurar la unión de los territorios de la URSS. Esta situación económica desencadenaría en parte la intervención posterior de Rusia.
•Consecuencias humanas: Tan solo en los 2 primeros años de guerra, lo que corresponde a la Primera Guerra Chechena, cerca de 5.500 soldados rusos y más de 73.000 chechenos murieron. En lo correspondiente a la segunda, en los 7 años que duró (1999-2006) se contabilizaron gran cantidad de bajas tanto civiles como militares. Entre las militares, destacan las 11.000 bajas sufridas por el ejército ruso según afirma la Unión de los Comités de Madres de Soldados de Rusia. En cuanto a las civiles durante ambas partes del conflicto, podemos encontrar muchas cifras, entre las que destacan las de la administración prorrusa, junto con los separatistas, según los cuales entre 200.000 y 500.000 fueron los civiles muertos en las dos guerras. Las fuentes independientes rebajan mucho esta cantidad. Según el grupo pro-Derechos Humanos Memorial entre 15.000 y 25.000 civiles murieron o desaparecieron entre 1999-2006. La Sociedad de Amistad Ruso-Chechena estima entre 150.000 a 200.000 civiles (sumados a los 20.000 a 40.000 soldados rusos y posiblemente la misma cantidad de rebeldes chechenos). Cifras oficiales del actual gobierno checheno estiman que unos 100.000 rusos étnicos y 30.000 a 40.000 chechenos, cifras en las que se incluyen unos 10.000 soldados rusos. Según Amnistía Internacional la segunda guerra mató al menos a 25.000 personas desde 1999, y otras 5.000 personas están desaparecidas.
Procesos de paz
Tratado de paz entre la Federación Rusa y Chechenia, 7 de mayo de 1997: Tras el acuerdo de cooperación firmado entre el ministro de Interior ruso y su homólogo checheno el Enero previo a esta fecha, y las elecciones presidenciales acontecidas en la República de las que sale como rotundo vencedor Aslan Masjádov, partidario de las negociaciones con Rusia, pero enemigo tanto de los políticos chechenos prorrusos como de los extremistas independentistas, se alcanza en mayo de 1997 un acuerdo de paz. El acuerdo recoge como aspectos principales la no utilización por ambas partes de la fuerza como instrumento de resolución de conflicto y la construcción de relaciones mutuas basadas en los principios y las normas de las leyes internacionales. Así mismo, se alcanza un acuerdo económico y soicial entre ambas partes por los siguientes términos: asegurar el cobro de las pensiones y subsidios para el pueblo checheno así como recibir compensaciones por los daños ocasionados durante la guerra. Después de que en el propio 1997 se alcanzarán numerosos acuerdos más en referencia a temas de vital importancia para el territorio checheno, como el que tenía como objetivo restaurar la agricultura y aquellos para mejorar la situación bancaria y aduanera tras el conflicto a lo que se añaden los petrolíferos; pudimos presenciar 2 años de relativa calma, hasta que se volvió a reavivar el conflicto en 1999. Sin embargo, y tras haber presenciado el grave desastre que supuso la primera etapa de este conflicto, se procedió a una segunda intervención rusa en la zona. Esta segunda guerra chechena llegó a su fin en 2006 con Rusia como clara “vencedora”, desarticulando de forma decisiva el movimiento separatista checheno, aunque todavía se producen actos de violencia esporádica en todo el norte del Cáucaso.
Como haber evitado el conflicto
Si bien es verdad que ya hace más de 8 años que este conflicto se diera por “finalizado” oficialmente aun hoy pueden verse en Chechenia graves muestras de la década de luchas constantes, de la que al menos me gustaría poder decir que habían sido de poder a poder, que se dio entre los rebeldes chechenos, por tratar de lograr su independencia, y la Federación Rusa, por mantener su poderío e influencia en una zona tan rica en petróleo como es el Cáucaso y, así mismo, tan importante geográficamente para mantener el control sobre el mar Caspio y el mar Negro. Sin embargo, y como desgraciadamente tiende a suceder en este tipo de conflictos, es la potencia la que se alza con la victoria en la contienda y aprovecha para reprimir duramente a la población rebelde. En cuanto a como podía haberse evitado esta desgracia, es difícil aun hoy aportar una solución clara a esta cuestión como bien lo describe este artículo del 2010: «Mirando atrás resulta difícil, aún hoy, librarse de la idea de que la guerra en Chechenia podía haberse evitado con relativa facilidad, si quienes tenían la capacidad de decidir (con Yeltsin y Putin a la cabeza) no hubiesen optado tan “a la ligera”, por la solución armada. Tampoco es fácil hoy, por motivos parecidos, asumir la versión de que la guerra ha terminado.La imagen de una Chechenia en permanente construcción, con nuevas carreteras, edificios, cafeterías y retratos, muchos retratos de los Kadírov, padre e hijo, es un tradicional ejercicio propagandístico. Borrar los signos de la guerra, permitiéndose para ello detalles de tan mal gusto como llamar “Avenida Putin” a una de las principales arterias de Grozny. El mensaje es tan evidente como tramposo: con Dudáev o Masjádov todo era destrucción, hoy en Chechenia todo está “recién pintado”». Sin embargo, no queda claro si verdaderamente existía una posibilidad real de haber evitado ambas guerras, ya que ninguno de las 2 partes parecía dispuesta a haber cedido a no ser que algún “agente externo” (Estados Unidos, por supuesto) hubiera tomado “cartas en el asunto”, situación que no sucedió como ya sabemos. Por tanto, era una situación insostenible de la que sin mediación internacional no había posibilidad de escapar de la inminente guerra.Así mismo, aun no queda del todo claro en que ha deparado todo ello, aunque lo único que podemos afirmar es que Rusia se “ha salido con la suya” como siempre tras presenciar un reportaje filmado por Jonathan Littell y titulado bajo el nombre “Chechenia, año III” (RBA, 2010): «Así las cosas, tiene sentido formularse preguntas, aún a sabiendas de que son retóricas, como ¿quién ha ganado con esta la guerra?, ¿se puede dar por cerrado el conflicto de Chechenia? Hoy las guerras no se suelen declarar; oficialmente, no existen. Tampoco son habituales, por lo tanto, los tratados y conferencias de paz. Chechenia ha pasado los últimos diez años bajo una “operación antiterrorista” que casi borró a la República del mapa. Del reportaje de Littell se desprende que los chechenos, incluyendo a quienes sirven a Kadírov (quizás especialmente ellos), hablan de la guerra en términos de victoria sobre Rusia. Los rusos se han ido y Ramzán, como bien apunta Littell, es el único dirigente de una región de la Federación Rusa que nombra a sus propios silovikí, con lo de contradicción esencial que ello supone con la famosa “vertical del poder” de Putin».
Hay imágenes que hablan por si solas.





